Enmarcado en el Festival de cerámica FANGO que organiza Lateral Granada, MECA Mediterráneo Centro Artístico presenta CERÁMICA, un programa de proyecciones inmersivas centrado en la presencia de esta materia en el arte de los siglos XX y XXI. El evento tendrá lugar en MECA K15, en Los Tablones (Órgiva), el próximo 21 de junio a las 12:00 horas, en una única sesión.
A través de múltiples proyecciones, se mostrará una selección de obras, procesos y exposiciones que revelan cómo la cerámica ha sido empleada en distintos contextos y prácticas artísticas. Lejos de su tradicional vinculación con el objeto utilitario o decorativo, la cerámica aparece aquí como un medio plástico que ha sido incorporado en discursos críticos, simbólicos y conceptuales por parte de artistas contemporáneos de todo el mundo.
La selección de artistas y obras ha sido realizada por los comisarios de MECA, Fernando Barrionuevo y Rosa Muñoz Bustamante, quienes han concebido esta propuesta como un espacio de reflexión visual sobre la cerámica como materia activa y transformadora dentro del arte contemporáneo.
El programa no pretende ofrecer una visión cronológica o historiográfica, sino abrir un espacio de contemplación y pensamiento en torno a la cerámica como materia que conecta la experiencia del hacer con el cuerpo, el espacio y el tiempo. La sucesión de proyecciones nos permitirá observar cómo esta materia ha sido transformada, reinterpretada o expandida más allá del taller, situándose en instalaciones, intervenciones, esculturas o piezas procesuales.
El contexto de MECA K15, situado en un entorno rural de la Alpujarra granadina, se convierte en el escenario idóneo para activar una experiencia visual colectiva. La imagen y la materia se entrelazan para generar un recorrido audiovisual que pone en valor la cerámica como uno de los lenguajes más fecundos del arte contemporáneo.
Poéticas del Vacío. Poesía Experimental y Expandida es un programa, desarrollado por Rosa Muñoz Bustamante y Fernando Barrionuevo, directores de MECA, que penetra en los territorios de ruptura del lenguaje, explorando las fronteras inestables de la poesía experimental, expandida y multisensorial dentro de un dispositivo escénico inmersivo y radicalmente contemporáneo como es la sala MECA.
Frente a la concepción tradicional de la poesía como escritura lineal, codificada y establecida sobre el soporte de la página, este proyecto parte de una premisa fundacional: el vacío no constituye una ausencia, sino un campo de latencia y potencia. Es el espacio fértil donde el lenguaje poético puede desbordar sus límites convencionales, fragmentarse, reconfigurarse y desplegarse como experiencia sensorial total.
En este marco, la palabra abandona su inscripción bidimensional y adquiere nuevas materialidades al colonizar el cuerpo, la voz, el sonido, la imagen, la luz, el espacio arquitectónico y la percepción expandida del espectador. El poema deja de ser leído: es habitado, recorrido, atravesado. La sala MECA se transforma en un ecosistema sensorial, en una caja negra expandida donde la obra poética toma cuerpo a través de proyecciones monumentales, visualidades en continua mutación, flujos sonoros envolventes y acciones performativas en tiempo real.
Dentro de este dispositivo inmersivo, los límites disciplinares se diluyen y recombinan: poesía fonética, poesía visual, arte sonoro, performance, programación generativa, glitch digital, inteligencia artificial. Ninguna de estas prácticas opera aquí como compartimento estanco, sino como capas interactivas de un tejido estético común donde el lenguaje es sometido al azar controlado, al error productivo, al accidente fértil. La palabra se fragmenta, flota, vibra, se evapora y reaparece en configuraciones perceptivas inesperadas.
El espectador es convocado a una posición activa, no contemplativa: ingresa en un espacio de alta intensidad sensorial donde el poema se presenta como organismo vivo, en perpetua mutación. El vacío deviene matriz generativa donde la experiencia poética se expande más allá de la comprensión lineal, abriéndose al extrañamiento, el vértigo, la suspensión de sentido y lo sublime perceptivo.
Poéticas del Vacío no busca ilustrar la poesía ni trasladar el texto a otros soportes. Su propósito es expandir las ontologías mismas del hecho poético, interrogar su condición material y perceptiva en el marco de las estéticas contemporáneas de frontera. El programa dialoga con las genealogías vanguardistas del siglo XX —de Hugo Ball, Schwitters, Raoul Hausmann o Henri Chopin, a John Cage, los poetas concretos, los situacionistas o el fluxus— pero lo hace desde las radicalidades actuales de los lenguajes digitales, los sistemas generativos, la estética postdigital, los algoritmos de aprendizaje automático y las arquitecturas inmersivas contemporáneas.
El proyecto propone, en definitiva, un desafío perceptivo y conceptual: la poesía no como objeto representacional, sino como campo energético, espacio de emergencia, materia en transformación continua; no como escritura clausurada, sino como experiencia total que desborda la textualidad para instalarse en los cuerpos, los espacios y las temporalidades del presente.