Entrevista realizada por Rosa Muñoz
Comisario. Fernando Barrionuevo
Belén Mazuecos, artista, profesora y vicedecana en la Facultad de Bellas Artes de Granada. Todo un compendio de profesiones que siempre giran alrededor del arte. Desde los 16 años lo tuvo claro gracias a un profesor ( excepcional ) del instituto en el que estudiaba. A partir de ahí empieza una carrera imparable. Tiene 35 años nada más, pero sus ritmos le permiten abordar numerosos proyectos al mismo tiempo. Aunque de apariencia sosegada, interiormente es pura movilidad. Bulle y bulle.
Nos vemos en la Facultad, en su despacho compartido en el que apenas tiene hueco para ella misma. En la mesa se apilan expedientes. Todavía no hemos entrado cuando por cada paso tiene que atender a alumnos y profesores que le plantean cuestiones a las que ella siempre le da solución.
Su gesto bondadoso tan natural puede llevar a confusión a ciertas personas altaneras. Sin embargo y como bien dice el refrán, el tiempo pone a cada uno en su sitio.
Por fin cierra la puerta y hablamos.
Por tu trayectoria profesional y si no te conociera diría que al menos debes rondar los aledaños de los cincuenta.
Con lo joven que eres es sorprendente tu gran capacidad para desarrollar, excelentemente además, tus proyecos.
¿Cómo lo consigues?
En mi carrera profesional muchas oportunidades han ido surgiendo sobre la marcha y algunas situaciones me han llevado a otras, pero
todo el recorrido ha estado vertebrado por el esfuerzo, la constancia y el sacrificio. Conseguir una beca Erasmus durante la licenciatura, supuso un punto de inflexión en mi
experiencia vital; cursé dos años en la Accademia di Belle Arti di Brera de Milán (Italia) obteniendo una doble titulación y esa estancia en el extranjero modificó sustancialmente
mi forma de entender el mundo, ayudándome a crecer a nivel no solo académico sino también personal. (Después vendrían otros viajes, residencias artísticas y estancias docentes y de
investigación fuera de España que expandieron mis horizontes).
Al licenciarme, decidí ampliar mis estudios matriculándome en un programa de doctorado y obtuve una Beca de Formación de
Profesorado Universitario del Ministerio de Educación en el Departamento de Pintura de la Facultad de BB.AA. de Granada, que representó el primer estadio en mi carrera
docente.
En la actualidad, me considero una privilegiada porque mi
condición de personal docente e investigador de la Universidad de Granada me permite, -y exige-, continuar ermanentemente con mi formación, investigación y producción
artística. Además, formar parte del actual equipo decanal de la Facultad de Bellas Artes de Granada como Vicedecana de Extensión
Cultural, me ha aproximado al ámbito de la gestión cultural, un espacio tremendamente estimulante y enriquecedor, transfiriendo la producción artística más allá de los umbrales
universitarios, promocionando el arte emergente y conectándolo con la sociedad.
Estoy muy satisfecha con el bagaje que he
acumulado durante estos años y considero cumplidos muchos de mis objetivos, aunque sigo fijándome nuevas metas.
En tu incesante carrera en la Universidad, ¿te queda tiempo para producir tu obra?
Personalmente, tengo la suerte de compartir el estudio (y la vida) con mi marido que también es artista, por lo que puedo contrastar opiniones en cualquier fase de mi proceso
creativo y esto es muy importante.
Además, estar en contacto con los alumnos de la facultad también me permite confrontarme con ellos, intercambiar conocimientos y compartir experiencias cada día. La obra puede tener muchas lecturas, tantas como espectadores, pero no está de más ofrecer al público la visión del propio artista, proporcionando ciertas claves interpretativas.
Las obras de Belén Mazuecos siempre versan sobre temas concretos. El simbolismo que subyace tras ellas desvela grandes preocupaciones sobre el ser humano, pero desvélanos el cómo y el por qué.
Me considero una artista multidisciplinar. Trato de resolver cada proyecto utilizando el vehículo que mejor se adapta a mis
necesidades expresivas de cada momento (recurriendo principalmente a medios como el dibujo, la pintura, el arte de objetos o la instalación). En mi
proceso creativo (que para mí tiene tanta importancia como el resultado final, ya que considero al artista más un productor de sentido que de
objetos), una intensa fase de investigación precede a la producción de la obra, para acotar la idea, definir el marco conceptual de referencia
y construir mi discurso. Actualmente, trabajo en un proyecto que revisa el tradicional género de la vanitas, recreando una suerte de “Wunderkammer” que
evoca temas clásicos transcendentales como la fugacidad del tiempo o la caducidad de la vida. Otros argumentos recurrentes en mi trabajo son las relaciones que se
establecen entre el individuo y el espacio natural y social que habita, la construcción de la identidad o la idea de género.
En mis proyectos, el simbolismo de los materiales y el trabajo artesanal resultan determinantes en algunas piezas: el jabón
reciclado, la cera, el estaño repujado para la construcción de ex votos, el carbón, etc. condensan sugerentes connotaciones vinculadas al ciclo
vital.
Tratar de definir el argumento central que subyace en mi práctica artística es una tarea difícil, pero considero que la
referencia a la autobiografía atraviesa todas mis obras; cada pieza plantea una reflexión íntima en torno a episodios ligados a mi propia existencia.
Obras realizadas para Doce Dodici en Milán, con MECA
Tú tienes contacto directo con los jóvenes, se supone que futuros artistas profesionales en un alto porcentaje, y ante la situación actual tan complicada en muchos aspectos no solo el económico que vivimos en España, ¿cómo lo perciben ellos?, ¿lo comentáis?
El desánimo en los artistas (o aspirantes a artistas) es generalizado, se percibe en las aulas cada día y, por supuesto, en el ámbito profesional. Creo que hoy es muy difícil vivir de una profesión, de la que ya en épocas de bonanza costaba demasiado trabajo vivir.
Considero que la coyuntura socio económica en la que España se encuentra es muy delicada y no es la más favorable para la creación. Sin embargo, aunque la situación actual que
atravesamos es nefasta para todos los sectores, -y, por supuesto, para el artístico, alarmante-, trato de seguir creyendo que las crisis implican cambios, adaptaciones y que
potencian la creatividad que nos hará superar esta recesión. No obstante, vivir del arte se ha convertido en casi una proeza; la producción de obra es muy costosa y muchos artistas se
encuentran en una situación difícilmente sostenible (con más gastos que ingresos). Personalmente, tengo la suerte de poder conciliar mi trabajo como docente con la práctica
artística y, aunque ahora cuento con menos recursos para producir los proyectos, trato de buscar soluciones alternativas que no condicionen demasiado la idea inicial.
Sí les diría que trabajen duro, con constancia y seriedad, que crean firmemente en lo que hacen y que no claudiquen ante
las adversidades. Les aconsejaría que inviertan en su propia formación, que viajen, que acumulen experiencias y, sobre todo, que se esfuercen mucho.
En las últimas exposiciones que desde MECA hemos organizado en diferentes países incluido el nuestro como Francia, Brasil o esta última de Italia en la que has participado, el público es completamente diferente en cada uno de ellos.
¿ Piensas en ello ?
Pienso que las críticas contribuyen a la construcción de la propia obra completando su significado. Las interpretaciones de los otros ofrecen una relectura alternativa del discurso del propio artista (aunque no siempre coincidente con la de aquel –pero esto forma parte del misterio del arte), por lo que siempre suelen ser constructivas.
En cualquier caso, atreverse a mostrar la propia obra es "exponerse" uno mismo e implica asumir ciertos riesgos y superar el pudor, pero considero que la seriedad y la sinceridad en el trabajo son los medios más convincentes para conectar con el público.
Si el trabajo nace del corazón, la obra transmite y llega al espectador.