Entrevista realizada por Rosa Muñoz
Comisario. Fernando Barrionuevo
Como buen caminante que es Juan Morante, nos dirigimos a su estudio por lo que él llama sus recorridos por Almería. Desde el Paseo, pasando por la Catedral y en pleno casco antigüo nos adentramos por las laberínticas callejuelas que sirven de falda a la Alcazaba. Su estudio es como él mismo, acumulativamente ordenado. Desde la entrada hasta la segunda planta no puedes andar por él sin pararte a ver las series de obras estratégicamente colocadas por orden cronológico, entre las que destaca la serie Meninas, Ciudades y sus últimas instalaciones Bosque.
El estudio de Juan es todo un proceso en sí mismo, ascendente. Para charlar nos dirigimos a la terraza desde donde contemplamos una Alcazaba mágica y enigmática, que empieza a iluminarse.
Me sorprende que muchos de tus amigos no conocen tu amplia trayectoria artística. De hecho en la última conferencia que impartiste sobre tu vida la mayoría ignoraban la vasta producción artística que has generado y tu carrera de marcado carácter internacional.
El ámbito de la España en que vivo ha sido siempre reacio a la valoración de cualquier obra creativa que no forme parte de su ideario cultural, por lo que he intentado desarrollar mi carrera preferentemente fuera.
La plástica actual es incomprendida por la mayoría de la gente no formada.
Opino, sin tener especiales conocimientos al respecto, que el alejamiento de la gente del arte moderno tiene su base en una deficiente enseñanza de las plásticas, durante la enseñanza primaria y el bachiller, y difícilmente será posible enderezar los troncos ya mal formados.
Parco en palabras, cuando se trata de exponerse él mismo, intento "despistarle" con argumentos de otros para que poco a poco me desvele sus pensamientos hacia sí. Paradójicamente no tiene problemas en adelantar a los demás los trabajos que está llevando a cabo. Se puede decir que a él no le gusta trabajar en soledad.
No soy hermético en mi trabajo, por el contrario quizá me exceda en anticipar los futuros trabajos a amigos y colegas. Es más me gusta realizar obras “colegiadas”.
En tu última conferencia, Tránsitos, hablabas que tu obra es el fruto de tus emociones. ¿Puedes ampliarnos tus conceptos?
Efectivamente mi obra surge de la emoción. Es directa y expresiva en su nacimiento, posteriormente es analizada y regulada por un proceso de racionalidad, tratando de encontrar el justo medio.
Necesito que la obra me emocione y me sorprenda, por ello cada obra nueva debe de aportar un algo creativo distinto de la obra anterior, de la cual se nutre, pero de la cual diverge.
Intento que cada una de mis obras sea parte de un proceso lineal y equilibrado de obras antecedentes/consecuentes.
Hablas de tus sentimientos con tu obra ¿ piensas en las emociones del público antes de exponerlas ?
Evidentemente al artista en general le gusta gustar. Y yo no soy distinto.
No soy indiferente a la crítica y a las opiniones, si bien soy racionalmente consciente de mi trabajo, de mi trayectoria, de mi búsqueda, de la amplitud de mi camino. Soy yo mi más duro crítico, pero una vez aceptado una línea de trabajo, nada ni nadie me apea de realizarla.
No obstante, existen personas muy próximas cuyo juicio crítico es por mí muy valorado y, en general, tenido en cuenta.
Una exposición sin riesgo no merece la pena.
Juan, cuando te preguntan por tu profesión siempre te defines en primer lugar como arquitecto técnico y si se ahonda más, entonces es cuando reconoces que eres artista. ¿ Por qué ?
Siempre, desde muy niño, tuve habilidad para el dibujo. Sobre los 14 años hice mi primer cuadro al óleo. Y asistí a clases de dibujo y pintura de la Escuela de Artes y Oficios de Almería. Al acabar el bachillerato, sorprendentemente no inicié una carrera de letras, sino de ciencias. Hice Arquitectura Técnica y como tal he trabajado.
Bien pasada la treintena, inicié unos cursos de grabado en la Escuela de Artes de Almería, aprovechando la estancia del buen maestro grabador Pepe Lomas. Y de allí a la Facultad de Bellas Artes de Granada. Con posterioridad y hasta hoy, disfruto de una inmersión total en la pintura, como fundamento de mi camino vital.
Por ahora finalizaremos esta conversación con algún mensaje que quieras transmitir
Simplemente quiero decir que la trayectoria de mi vida como pintor, no necesitada de lograr mercado, me permite un disfrute de pintura en libertad, en el más amplio sentido. Ello me ha hecho si no descartar totalmente, por lo menos relativizar la lucha por encontrar hueco en el mercado del arte, no constituyendo nunca mi principal objetivo.