Entrevista realizada por Rosa Muñoz Bustamante
Comisario. Fernando Barrionuevo
Toña Gómez nació en Málaga pero pronto empezó a viajar por diferentes ciudades españolas. De ahí aterrizó en Almería para posteriormente vivir su juventud en Barcelona. Despúes de varios años de aprendizaje e investigación pictórica decidió retornar a Almería, ciudad en la que vive desde entonces. Desde su estudio en un lugar privilegiado, en la Plaza de la Catedral, comenzamos a charlar mientras suenan las campanas indicando la hora. Son las 8 de la tarde.
¿A qué edad, cómo y por qué tomas conciencia de que te quieres convertir en artista y hacer del arte el centro de tu vida?
Desde que tengo memoria de lo que soy, de una manera u otra siempre he sentido atracción por el arte y por todo aquello que implica tener una dosis mágica de creatividad, cierto desapego por lo rutinario y el suficiente espacio donde poder dar rienda suelta a mi pensamiento.
Al ser una situación prolongada en el tiempo, no tengo noción concreta de por qué ni cuándo se produjo. La toma de conciencia tiene que ver menos con una elección que con la decisión -a veces dura- de ir apartando de mí las demás prioridades, haciendo poco a poco visible lo que ya era una decisión previa, tomada inconscientemente.
Me doy cuenta de que arte y vida se han ido fusionando sin hacer ruido, llegando a ser una misma cosa, algo que siempre he intuido como opción de vida sin vuelta atrás.
Serie Microformas
Mirando con perspectiva tu trayectoria profesional, ¿de los objetivos que te marcaste, cuáles se han cumplido y cómo ha sido el proceso para conseguirlos?
Soy consciente de que durante un tiempo, al evaluar resultados, he confundido lo que eran objetivos con el objeto en sí, con la consiguiente flagelación por culpabilidad. Puedo decir con tranquilidad que gran parte de esas metas siguen por cumplirse, sobre todo los que afectan a la parte más material del proceso y aunque me gustaría que fuese diferente, ya no me afecta. Lo acepto sin más.
Creo que el resultado está siendo coherente con la elección del objeto, al descartar la comodidad y apostar por superar mis limitaciones a base de curiosear, investigar, experimentar y descubrir así como crecer vitalmente en ese proceso.
Me siento afortunada.
Mientras habla Toña Gómez me va mostrando sus piezas apiladas en riguroso orden en su estudio, por fechas y formatos. Los detalles son fundamentales en su obra y en su vida.
Hace tiempo tuve la suerte de ir conociendo lo que en España sería definido como Nuevas Músicas. La conexión en ese momento fue tal que decidí que esa música formaría parte esencial de mi pintura. Más concretamente, el influjo de Paul Winter con la incorporación de sus sonidos naturales fue definitivo para reafirmarme en el proceso ya iniciado de descubrir y relacionar Arte y Naturaleza.
Mi pintura comparte la dificultad de ser definida. Ambos trabajos: musical y pictórico, son abstractos a la vez que figurativos, sensitivos, creativos, armónicos, enraizados en tiempo y lugar.
Si he de concretar más, yo navego por un realismo abstracto que aunque pueda parecer contradictorio no lo es. La ejecución de mi obra se mueve en la abstracción pero no así su sentido o trasfondo, que se adapta y varía según sea la experiencia que necesito transmitir de la Naturaleza, ya sea de carácter metafórico, simbólico, estético o metafísico.
Con numerosas exposiciones en su haber iniciadas en el año 1973, Toña Gómez no habla nunca de su trayectoria. Su exceso de humilde prudencia la define personalmente, pero por otro lado no concibe su vida sin arriesgarse en nuevos procesos.
Mostrar la obra al público es importante no sólo por la parte que conlleva de obtener el beneplácito y beneficio sino también porque es necesario para que la obra adquiera su independencia y con ello la posibilidad, para el artista, de ser más objetivo ante el trabajo realizado, algo que es fundamental para seguir avanzando. Otro tema a sumar tiene que ver con ciertos roles que afloran y te implican, la identificación con el propio objeto, al apego-desapego y los egos que se muestran para ser superados.
Se puede deducir del comentario anterior que el riesgo que asumo al exponer es total, incluso el de poder contactar con ese público objetivo.
Toña Gómez es una mujer fuertemente comprometida con su tiempo y su contexto. No se le escapa la realidad. Es más la sufre y la padece aunque a ella no le afecte directamente. Ese sentido solidario lo ha ido acrecentando con el tiempo. Hablamos de la España de hoy del siglo XXI. ¿Te influye en tu obra la crisis actual?
Influir, claro que influye en todo el colectivo. Cuánto y cómo repercutirá, no es sólo una cuestión de la situación actual, sino también de cómo se afronta o gestiona desde la individualidad, y es que aunque constituyamos un conjunto, se dan intereses y problemáticas extremadamente diferenciadas. Estamos en pleno proceso, todavía es pronto para saberlo.
Manteniendo una actitud positiva, solo puedo ver en este momento un motivo para reflexionar y buscar bases sólidas para transformar lo que de artificio y farsa se ha ido construyendo en torno al Arte. Creo que es necesario, al igual que ocurre en otros colectivos, plantear necesidades de cambio.
La repercusión no está tanto en la propia obra si tienes claro lo que buscas y sigues un proceso, como pienso que se da en mi trabajo, sino más bien en la necesidad de encontrar otros recursos para no tener que hacer concesiones.
Esta crisis nos roba el tiempo, limita las oportunidades y daña a ensayos, a proyectos que tendrán que esperar. A pesar de todo, siempre existen alternativas creativas que propician la búsqueda de soluciones, ya sea individual o colectivamente, sumando sinergias. En eso estoy. En eso estamos, por ejemplo, con los proyectos de MECA.
A Toña Gómez le gusta compartir espacio y vida. Siempre que puede invita a sus amigos, la mayoría artistas multigeneracionales, a su estudio donde las tertulias se prolongan de manera indefinida con la excusa de volver otro día para seguir conversando.
Es su estudio abierto.
Me gusta compartir el desarrollo de una obra cuando está formándose; no me importa la desnudez de mis dudas y reflexiones en pleno proceso creativo aunque no suelo tener muchas ocasiones para ello. Al exponer la obra acabada se muestra sólo la conclusión. Por eso creo que es interesante poder introducir elementos que forman parte de la radiografía interna de la obra y que funcionen como un cordón umbilical entre obra y artista. Me parece enriquecedor.
Cuentas con numerosos amigos artistas, muchos de ellos artistas jóvenes. Por tu experiencia en este mundo ¿qué les dirías a ellos?
Tal vez sí puedo decir algo que a mí me ha funcionado como experiencia, y es que al pasar por momentos de dudas existenciales donde te cuestionas si tiene sentido el esfuerzo de navegar contra corriente, parar y preguntarte si el trabajo que estás haciendo en arte te hace mejorar también a ti, y si es así, seguir adelante.
Sin darnos cuenta el tiempo ha pasado fugazmente. Concluimos por hoy nuestro encuentro pero no quiero marcharme sin que Toña Gómez nos aporte algún consejo.
Volver a retomar esa mirada que nos conecta y vincula con la Naturaleza para descubrir no sólo su belleza y lo maravillosa que es, también porque al acercarnos a ella profundizamos en nosotros mismos en una especie de soledad conectada.
¿Acaso no sucede lo mismo con el Arte?