Lo que se siente coherentemente en las obras de Fernando Barrionuevo es la pintura y sobre ella el dibujo libre, enérgico y fuerte. En todas ellas mantiene la abundancia en sus curvas
y volúmenes y se expresan mediante la estática, la flotación o el ataque dilatando las líneas y los colores con una deformación dinámica .
Su dinamismo expresa el espíritu de la imaginación que aparece vagamente al fin remontándose a sus experiencias personales, y se puede apreciar un sentido moderno propio de este autor en la intención de neutralizar la ansiedad con la ligereza de ingenio agresivo.
Sus experiencias personales, citaciones de informaciones audiovisuales y recuerdos sobre cosas cotidianas se presentan como inductores de su imaginación. Su aura se basa en el entorno en el que se encuentra y esto se presenta en formas peculiares y a veces se describen escenas en formas de cuentos con la fuerza de la imaginación del individuo como atacante, es decir con imágenes deformadas.
El tacto áspero del pincel, la subjetividad forzada que intenta pintar con vehemencia en colores intensos y la fuerza de creación de imágenes son muy expresivas. La composición en la falta de equilibrio da la impresión de una conciencia inestable de sí mismo. Sin embargo esto es precisamente su equilibrio, que además es fomentado por la composición con colores cálidos y colores fríos que a veces repele la mirada ardientemente.
Barrionuevo, aunque se entregue a la espontaneidad inconsciente, por otra parte la controla a sabiendas. Por lo tanto en las concepciones propias de él existe una mente brillante y una obsesión, una expresión incluso brutal que se deja sentir, y una expresión primitiva y principal como la que nos hace pensar en un niño que procede por medio de ensayos y errores para crear cierto tipo de símbolo. Retazos contemporáneos y primitivismo. Estas cosas que esencialmente deben de ser opuestas aparecen al mismo tiempo con un equilibrio exquisito y además adoptando una amplitud de oscilaciones de equilibrio en gran escala. Estos provienen del talento innato de Barrionuevo, y éste a su vez de la facultad de equilibrio, porque Fernando es Fernando.
La serie “Mamma mía. Sin pies ni cabeza” que Fernando Barrionuevo presenta en la Librería Zebras, en colaboración con MECA Mediterráneo Centro Artístico para el homenaje a la escritoria Ana María Matute, está compuesta por 6 obras individuales en las que la abstracción que contienen las siluetas de los cuerpos conforman un paisaje interior de libertad.