Apartándonos de las típicas primeras preguntas que se hacen a un artista, de por qué y cuando elegiste ser artista, ya que es evidente que si estás en este programa es porque un día decidiste encauzar tu vida en el mundo del arte, nos gustaría saber ¿ en qué momento te encuentras actualmente, desde el punto de vista artístico?. ¿Cómo nos resumirías tu evolución artística desde que comenzaste hasta la fecha actual?
Los inicios siempre son intensos, no sólo por las expectativas que tienes, sino porque todo está por hacer. Me veo en mi recorrido y me reconozco en temas que me apasionaron desde el principio y que me hicieron investigar a fondo. Al principio destacaban los problemas formales, directamente relacionados con encontrar en el espacio bidimensional de la pintura soluciones que más bien eran propias del espacio de la escultura. Por ejemplo: ¿como materializar el problema de la gravedad en la bidimensionalidad del cuadro?. Fueron series intensas, que tuvieron buena acogida. Pero una vez encontrada la solución al problema planteado, los siguientes pasos corrían el peligro de caer en soluciones fáciles y estéticas. Era entonces cuando urgía plantear nuevos problemas. Me sentía cómoda con el tema de la naturaleza y los asuntos a resolver cambiaron de dirección. Eran nuevos retos. Por el camino he encontrado pequeñas estrategias en el proceso que se renuevan día a día y que me hacen seguir cuestionándome desde, por ejemplo, el uso siempre problematizado de los materiales y otros asuntos relacionados sobre el cómo cargar de sentido las obras, sobre todo sentido crítico y político.
Emoción, pasión, sentimentalidad, racionalidad, ética o estética son conceptos que normalmente los artistas quieren transmitir con sus obras. En tu caso además de algunos de éstos ¿quieres ahondar en más contenidos? ¿Qué te motiva para comenzar una obra, una serie?
Los conceptos que se han ido asociando a veces a esta tarea como: “emoción”, “pasión”, “sentimiento”, o incluso “ética” siempre me han resultado apostillas, de una época o de otra, que tratan de visualizar de una forma excesivamente reducida los tópicos de una profesión, que debería tener reconocida ya a estas alturas su condición de complejidad. No me imagino a un médico que no tenga pasión por su oficio o incluso a un juez que no actúe bajo el auspicio de la ética. Pero sin embargo es en el arte donde más resuenan o han resonado esos apelativos.
En mi trabajo suelo plantearme problemas, puede que con la intención de que permanezcan como tal, sin ánimo de solución. Es parte del proceso y sin duda lo más emocionante, marca recorridos inesperados y en alguna ocasión puede llegar a concretarse en obra, en otras muchas no. De cualquier manera esos problemas siguen estando ahí latentes hasta que se fusionan con otros muchos y la maraña adquiere a veces tintes irresolubles, pero contiene la tensión suficiente como para que el estar en el arte se justifique plenamente.
Luego está la cuestión de la enunciación, o mejor aún, de la transmisión de contenidos a través de la obra, fundamentalmente. Y eso, lógicamente trae nuevos condicionantes. Mi obsesión son los filtros, esos que tú, como autora pones en las obras. Filtros que solo dejen ver parte de los contenidos, que sean capaces de seducir, de persuadir y de expandirse con contundencia si la obra ha conseguido su fin.
¿Los movimientos artísticos se han bloqueado o están en pleno proceso de desarrollo? ¿Cuál es tu opinión y en qué lugar te encuentras?
El tiempo nos depara acontecimientos que nos provocan la sensación de pertenencia a una época. En el fondo no es más que un imaginario que tienen eco en cualquier actividad humana y con mucha más razón sobre la actividad artística. En Arte, lo que se produce hace visible un estado de la cuestión, reflejan en el fondo las tensiones que se sitúan a nuestro alrededor.
Luego están los análisis y las categorizaciones excesivamente planas que ha planteado la historia a través de los movimientos. Y frente a eso, afortunadamente, surgen los recorridos transversales que encuentran lugares comunes en épocas y contextos muy distintos. Quizá eso es lo que más me interesa de todo. El ver que permanentemente recurrimos desde al arte a temas y asuntos que tienen eco en tiempos anteriores y posteriores y que volvemos a recuperar una y otra vez.
Prefiero los autores y sus circunstancias a los emparejamientos y los movimientos. No es fácil de esta forma observar el arte de una forma simple. Pero probablemente es urgente y necesaria la
complejidad para el análisis de la situación que vivimos a día de hoy.
¿Verdaderamente interactúas con el público?. ¿Piensas en él cuando concibes un proyecto expositivo. El público forma parte de tu imaginario a lo largo del desarrollo de tu trabajo? ¿Quién es tu mejor crítico?.
Me cuesta mucho centrarme sin tener un proyecto por delante. Eso supone indirectamente que permanentemente tengo al espectador en la cabeza, y lógicamente asociado a él, el lugar donde se situará la obra, así como las posibilidades o no, de interacción de obra y público. Intento poner las condiciones para que el relato llegue al espectador de manera eficaz, sabiendo que desde el arte, esos relatos se distorsionarán y amplificarán en el espectador. Entonces es ahí cuando trabajar en el arte adquiere todo el sentido.
En realidad voy buscando interacciones con el público entendiendo que el proceso es lo importante, no ya sintiéndome presa de los resultados, que en unos casos, pueden ser óptimos y en otros no tanto. Digamos que el tiempo me ha dado las herramientas para dimensionar, tanto los éxitos, como los fracasos. Y tanto unos como otros los pongo siempre en cuarentena. Entiendo que la mejor crítica es la que me hago a mí misma. Y sin dejar de estar alerta a las reacciones del espectador, aprendo permanentemente, dimensiono los efectos y tomo impulso para el siguiente reto.
¿Te diferencia en algo vivir en Andalucía, con respecto a otros artistas de otras regiones o países? ¿Cuál es tu conexión con ellos?
No entiendo en mi opinión que haya especiales diferencias en el hecho de pertenecer a una u otra comunidad autónoma. Sin embargo si creo en las diferencias entre algunos países. Creo que aún no hemos sido capaces de superar nuestra herencia en relación con nuestras inseguridades. Y eso se evidencia en el poco valor que seguimos otorgando a lo propio, frente a lo ajeno, pongamos sin ir más lejos el ejemplo de lo anglosajón.
Intento mantenerme alerta a lo que se hace en otros lugares. Entiendo que ese ejercicio de observación atenta al espíritu de la época a través del arte nos ayuda, tanto a sentirnos parte de ella como también a encontrar el valor suficiente para actuar.
¿Cómo es tu estudio o taller? ¿Cómo planificas el desarrollo de tus obras?. Aquí quiero que ahondes en el tiempo, en el proceso, en las influencias y en la propia morfología de tu lugar de trabajo.
Soy muy obsesiva con el lugar y el entorno en donde trabajo. Es más, creo que todavía mi estudio ideal está por construir. Eso no significa que necesite un espacio idílico para poner en marcha el trabajo. Mas bien al contrario. Con el tiempo he desarrollado una adaptabilidad muy práctica y bastan cuatro movimientos para hacer mía una mesa de trabajo, por ejemplo. Lo que permanentemente compruebo es la utilidad de los viajes o los desplazamientos. Vasta con dejar atrás las rutinas, para que la cabeza comience a planear proyectos. Todo lo nuevo irradia posibilidades, y provocan entrecruzamientos que son los que al final dan sus frutos.