Apartándonos de las típicas primeras preguntas que se hacen a un artista, de por qué y cuando elegiste ser artista, ya que es evidente que si estás en este programa es porque un día decidiste encauzar tu vida en el mundo del arte, nos gustaría saber ¿en qué momento te encuentras actualmente, desde el punto de vista artístico?. ¿Cómo nos resumirías tu evolución artística desde que comenzaste hasta la fecha actual?
Considero que, actualmente, mi proyecto personal es más coherente y maduro que años atrás. Anteriormente, muchos trabajos quedaban desligados y creo que ahora estoy desarrollando una línea de
investigación más sólida que sirve de hilo conductor a las diferentes piezas, aunque éstas adopten, en ocasiones, estéticas o soportes diversos.
Respecto a mi evolución artística, supongo que, como en la mayoría de los casos, ha atravesado un período inicial de ensayo-error y diferentes tanteos a la búsqueda de un lenguaje personal y diferenciado. En cualquier caso, no considero que este proceso haya culminado ni culmine nunca, porque la poética personal se va construyendo y deconstruyendo a medida que se experimentan cambios en la propia identidad.
Emoción, pasión, sentimentalidad, racionalidad, ética o estética son conceptos que normalmente los artistas quieren transmitir con sus obras. En tu caso además de algunos de éstos ¿ quieres ahondar en más contenidos ? ¿ Qué te motiva para comenzar una obra, una serie ?
Mi trabajo tiene un fuerte contenido autobiográfico aunque, normalmente, hace referencia a temas trascendentales con los que el público puede identificarse fácilmente tales como la angustia existencial, el tempus fugit, el carpe diem, la relación del individuo con su entorno natural y social, el amor, la vida y la muerte, la propia práctica artística, etc. A veces, sin embargo, una experiencia banal o un pequeño estímulo (una imagen, un objeto, una palabra, un suceso, etc.,) desencadenan un proceso de investigación sofisticado que concluye en un concepto más complejo y en la búsqueda de la adecuación de los medios empleados al propósito expresivo concreto.
Normalmente, estas experiencias o reflexiones motivan el comienzo de una obra o una serie y los proyectos van creciendo de forma rizomática (unas piezas llevan a otras y entre ellas comienzan a interconectarse hasta configurar series y proyectos de mayor envergadura).
¿Los movimientos artísticos se han bloqueado o están en pleno proceso de desarrollo? ¿ Cuál es tu opinión y en qué lugar te encuentras ?
En la actualidad, más que de movimientos artísticos podemos hablar de poéticas personales que coexisten y se contaminan de forma simbiótica. Resulta difícil establecer compartimentos estancos y clasificar a los diferentes artistas en movimientos netamente definidos, ya que la globalización y las actuales sociedades del conocimiento han propiciado la interdisciplinariedad, aumentado las transferencias e interferencias culturales de un modo sin precedentes. Los mass media (especialmente Internet y el uso de las redes sociales) permiten el acceso a cualquier fuente de información y, de esta forma, los artistas podemos nutrirnos de una ingente cantidad de referencias. Además, viajar físicamente (y no solo de forma virtual) resulta hoy mucho más fácil, por lo que el intercambio de ideas, conceptos, procesos y experiencias entre artistas y otros mediadores artísticos es ahora mucho más fluido.
¿ Verdaderamente interactúas con el público ?. ¿ Piensas en él cuando concibes un proyecto expositivo. El público forma parte de tu imaginario a lo largo del desarrollo de tu trabajo ? ¿ Quién es tu mejor crítico ?
No creo que piense en el público a la hora de concebir un proyecto expositivo (salvo que por “pensar en el público” entendamos tener la preocupación normal de que la obra interese y no resulte demasiado críptica y que el mensaje pueda llegar al espectador –aunque, obviamente, éste pueda interpretarlo de manera subjetiva-, en ese sentido sí). Mi trabajo no prevé la interactuación real con el público, ni está llamado a participar en el proceso de producción de la obra, por ejemplo, aunque en cierta medida, el público completa el sentido de las piezas al interpretarlas y hacerlas suyas, generando múltiples lecturas.
A la pregunta “¿quién es tu mejor crítico?” yo respondería que el mejor no lo sé, pero que, sin duda, mi peor crítico soy yo misma, por mi nivel de autoexigencia.
¿ Te diferencia en algo vivir en Andalucía, con respecto a otros artistas de otras regiones o países? ¿ Cuál es tu conexión con ellos ?
Seguramente, vivir en Andalucía, me diferencia con respecto a otros artistas de otras regiones o países en el sentido de que en mi obra, en ocasiones, existen referencias “glocales”, es decir, mi trabajo se nutre de mi cultura local pero entronca con las poéticas, discursos y lenguajes globales. Por otro lado, vivir en una región situada en la periferia del ámbito artístico, probablemente, sea una desventaja a la hora de difundir la propia obra y tener acceso directo a la de otros artistas (sin embargo, como he comentado anteriormente, los medios de comunicación –fundamentalmente internet- palian hoy esta situación facilitando la difusión por canales no tradicionales y el acceso a la información). Por el resto, no creo que existan diferencias, porque la globalización ha homogeneizado el campo del arte actual.
Los medios de comunicación y la posibilidad de viajar más fácilmente, estrechan los lazos entre los miembros de la comunidad artística global. En este sentido, las redes sociales me han permitido estar en estrecho contacto con otros artistas de mi generación e intercambiar experiencias e inquietudes y el acceso a las fuentes de información artísticas me facilita revisar y nutrirme de la obra de referentes internacionales que me interesan y con los que me identifico.
¿ Cómo es tu estudio o taller ? ¿ Cómo planificas el desarrollo de tus obras ? . Aquí quiero que ahondes en el tiempo, en el proceso, en las influencias y en la propia morfología de tu lugar de trabajo.
Mi estudio es un local de unos 80 m2 que comparto con mi marido, el artista Pedro Cuadra, aunque cada uno tiene su área de trabajo diferenciada. El taller tiene dos alturas: en la parte alta (de unos 40 m2) tenemos la biblioteca, el área de descanso y las mesas de dibujo (es la zona “limpia” destinada a concebir y proyectar las obras o a producir piezas que requieren extremada limpieza), mientras que la parte baja está dedicada a la producción y al almacenaje de obra y tiene un amplio baño con agua corriente.
En la planificación de mis obras existe una fase previa de investigación teórica hasta concretar el concepto de la pieza e identificar los medios técnicos y los materiales necesarios para su producción (en este proceso, recurro en muchas ocasiones a internet para definir la idea y suelo realizar algún diseño para definir la distribución de las piezas en el espacio –en el caso de instalaciones o proyectos expositivos amplios-). Después, durante la fase de producción existe siempre un margen para la improvisación o la introducción de cambios sobre la marcha (sobre todo, en el caso de la pintura –donde los resultados a veces son más imprevisibles para no entorpecer el gesto y la impronta fresca de primera mancha- y, en menor medida, en el caso de las instalaciones, intervenciones site specific o arte de objetos, donde no suelo realizar demasiadas modificaciones respecto al proyecto inicial). Cuando la obra está destinada a un proyecto expositivo para el que tengo un plazo corto de entrega, planifico de forma más escrupulosa las distintas fases de producción, mediante un cronograma flexible para garantizarme que llegaré a tiempo con el trabajo. Evidentemente, la posibilidad de disponer de un amplio espacio para trabajar, para almacenar los materiales y las obras, ha contribuido a mejorar mi metodología de trabajo y a introducir formatos mayores. Además, poder compartir el taller con otro artista, me permite contrastar opiniones en cualquier momento del proceso creativo, y esto es muy importante.