Apartándonos de las típicas primeras preguntas que se hacen a un artista, de por qué y cuándo elegiste ser artista, ya que es evidente que si estás en este programa es porque un día decidiste encauzar tu vida en el mundo del arte, nos gustaría saber ¿en qué momento te encuentras actualmente, desde el punto de vista artístico? ¿Cómo nos resumirías tu evolución artística desde que comenzaste hasta la fecha actual?
Me encuentro actualmente en un momento de continua formación. Este aspecto ha sido una constante a lo largo de estos años y pienso que tendrá un papel esencial durante el devenir de mi producción artística. Estoy en un periodo de experimentación con nuevos materiales y estructuras, a la vez que profundizo en las posibilidades de los ya conocidos. También sigo estudiando la relación del individuo con el espacio que habita, el concepto de la casa y el hogar, el nido y la influencia del lugar de origen y del territorio en nuestras vidas.
Respecto a mi evolución se ha basado, y aún se fundamenta, en el deseo constante por lograr desprenderse poco a poco de lo innecesario, del exceso para llegar a lo esencial. Personalmente lo definiría como la búsqueda de lo complejo a través de lo simple. La coherencia también ha sido uno de mis propósitos, no solo en la pieza terminada sino en la totalidad de la obra artística en cada una de sus fases. El modo de proceder, la elección del material, el espacio que ocupa... todo ha de estar estrechamente relacionado con la intención y el significado de esta.
Emoción, pasión, sentimentalidad, racionalidad, ética o estética son conceptos que normalmente los artistas quieren transmitir con sus obras. En tu caso además de algunos de éstos ¿quieres ahondar en más contenidos? ¿Qué te motiva para comenzar una obra, una serie?
El ser humano siempre ha estado obsesionado en crear su propia cueva, un edificio donde resguardarse de los problemas de habitar en el mundo. Es el sentimiento
de seguridad, como motivo principal, lo que le lleva a crear su fortaleza. Se crea de esta forma un vínculo entre lo vivo, las personas que lo habitan, y lo muerto, el material con el que ha sido construido.
Pero esta fortaleza está en continuo cambio respecto a lo que la vincula con su ocupante.
Representa la contradicción en función de la experiencia. Se presenta como un lugar que es refugio, a la vez que es una cárcel. Nos protege y nos expulsa.
En mi obra quiero reflexionar sobre la morfología de la casa, del espacio domestico: la distribución de sus pisos, sus habitaciones, su ubicación; y a la vez ello me lleva a
simplificarlo y geometrizarlo todo para que represente la idea de la casa, más que esta en sí. Necesito que este binomio sea fácilmente vinculable a la memoria del espectador.
Mi motivación a la hora de crear proviene de la la experiencia, de lo que acontece a mi alrededor y sobre todo del espacio que habito, los limites que me impone el territorio en el que resido. También incluyo en este aspecto los conceptos estructurales de la casa, como edificación, y el hogar, como contenedor de recuerdos y como estructura, que es cárcel a la vez que nido.
¿Los movimientos artísticos se han bloqueado o están en pleno proceso de desarrollo? ¿Cuál es tu opinión y en qué lugar te encuentras?
El arte contemporáneo actual se caracteriza por la hibridación de sus disciplinas, en un proceso interdisciplinar donde la concepción de la obra artística y del propio artista sufre una continua transformación. Las nuevas tecnologías, la globalización, los cambios sociales y la crisis mundial ejercen una gran influencia, concibiendo a los movimientos artísticos unas características especificas fruto de su contexto.
La vertiginosa velocidad con la que todo cambia y evoluciona contribuye al carácter múltiple de estos movimientos. En unas décadas serán los historiadores del arte los que determinen; desde un punto de vista alejado, global y con el total conocimiento de lo acontecido artísticamente en nuestro tiempo; las particularidades de estos.
Sin duda me identifico con la incorporación de distintas disciplinas en mi trabajo. La posibilidad de adoptar particularidades de distintas técnicas en el ejercicio artístico me proporciona una libertad creativa.
¿Verdaderamente interactúas con el público? ¿Piensas en él cuando concibes un proyecto expositivo? ¿El público forma parte de tu imaginario a lo largo del desarrollo de tu trabajo? ¿Quién es tu mejor crítico?
Estamos en un momento de exceso de información y de elementos visuales, ya no solo en el mundo del arte sino en la vida cotidiana. Todo resulta llamativo y, sin embargo, cada vez menos cosas nos llaman la atención. Estamos inmunizados y eso, en ocasiones, nos deshumaniza. Es por ello por lo que pretendo establecer un dialogo con el público,
Trato de interactuar de manera calmada, sincera e inofensiva. Y es que una de las cosas que nos separa de la conexión con la pieza artística es la desgana y el miedo a implicarse. Quiero hablar desde la intimidad apelando a la memoria colectiva, evocar un recuerdo de una experiencia pasada y que este conecte con los suyos propios, aunque
estos sean en otro lugar, con otras preocupaciones e inquietudes. Que sea una relación recíproca de individuo a individuo y que cada uno cuente su historia. Es muy importante conseguir el entendimiento con el observador. Es la necesidad de comunicar lo que mueve mi obra artística, por lo que, sin esta conexión, quedaría incompleta.
Mi mejor crítica proviene de personas de mi círculo íntimo, de las que valoro mucho su trabajo en diferentes dimensiones profesionales, y por ultimo de mi misma, ya que soy la que toma las decisiones finales y la que más me exijo.
¿Te diferencia en algo vivir en Andalucía, con respecto a otros artistas de otras regiones o países? ¿Cuál es tu conexión con ellos?
La influencia cultural y social del espacio donde se habita es inherente al artista. Le influye en su manera de comunicarse, en el desarrollo de su propio lenguaje y en el significado de sus obras. Le influye incluso cuando cree que no lo hace. Vivir en Andalucía, en el sur, te provee de una serie de características específicas ligadas a su ubicación y a sus singularidades. Y la experiencia, que tanto marca no solo mi obra artística sino la de muchos otros, queda fuertemente condicionada.
Nos dota de unos rasgos comunes, nos facilita la comunicación, establece vínculos a la vez que separaciones, mostrándonos lo que nos une y lo que nos separa, tanto a nivel individual como con artistas que residen en otros lugares.
Es curioso como artistas de países diferentes pueden establecer conexiones. Cómo a veces, se habla el mismo idioma, aunque sea mediante el ejercicio artístico. Nuestro entorno nos define y aporta características comunes a nuestro trabajo. Nos permite utilizar las similitudes para establecer lazos con artistas de otro contexto, ya sea por su enclave al sur del territorio, su situación fronteriza o simplemente el mero vínculo entre sus propios lenguajes que en ocasiones surge alejado de toda lógica.
¿Cómo es tu estudio o taller? ¿Cómo planificas el desarrollo de tus obras? Aquí quiero que ahondes en el tiempo, en el proceso, en las influencias y en la propia morfología de tu lugar de trabajo.
Mi estudio es mi casa, donde habito y donde creo, un “microcosmos” tal y como lo definía Gastón Bachelard, filósofo francés y epistemólogo. Es una habitación más, aunque a veces la necesidad de espacio haga que se expanda más allá de sus fronteras. Hablar del significado de la casa en tu propio hogar enriquece el ejercicio artístico, cómo si no pudiese haber un sitio predestinado mejor. Respecto al proceso de creación, este tiene una importancia equivalente a la realización de la pieza final. Si bien cada obra es diferente, al igual que su proceso, este suele seguir una serie de pasos.
Todo comienza con una serie de ideas que anoto. A veces procede de una obra posterior, planteando nuevas incógnitas y resolviendo respuestas que quedaron sin descifrar. Otras provienen de algo totalmente nuevo.
El proceso está dominado por una serie de pautas sin las cuales la realización de la pieza final no sería posible. La disponibilidad del tiempo suficiente es fundamental. Es muy importante que la idea sufra un estado de reposo, de investigación y de estudio. Sin modificar tanto su contenido como sus intenciones primarias. Tras ello empiezan los bocetos, nuevas ideas complementarias, pruebas de material, análisis estructurales, revisión de referentes y búsqueda de otros nuevos, y sobre todo los cambios. El sosiego y la reflexión anterior se complementan con la impulsividad posterior. Se establece un progreso evolutivo marcado por el método de ensayo y error y
por la intención de generar una serie de emociones.
Entre mis influencias se encuentran artistas como Do-Ho Suh, Louise Bourgeois, Claire Morgan y Rachel Whiteread. Arquitectos como Tadao Ando y Ludwig Mies van der Rohe. Filósofos como Gaston Bachelard. Escritores como Jack Kerouac y Alejandra Pizarnik y directores de cine como Isabel Coixet y Kim Ki-duk.
El proceso creativo te introduce en un estado de entusiasmo y de conflicto constante. Es necesaria esa incertidumbre, esa inestabilidad momentánea, para llegar a la esencia, a aquello que se quiere expresar. La conexión con cada una de las fases de la pieza no solo la enriquece formalmente, sino que hace que la relación con está sea intima, y sobre todo real.