En este mapa nos adentramos en la naturaleza en constante cambio. Las fotografías muestran paisajes que evolucionan, ya sea debido al impacto humano o a procesos naturales. Estas imágenes nos invitan a reflexionar sobre nuestra relación con el entorno y su fragilidad.
Caminar para sentir, sentir para crear, crear para destruir y construir. Se trata de crear el verdadero paisaje: el que cada uno vemos, el que sentimos, el del subconsciente, el de nuestras experiencias, el que vivimos…
Estas imágenes están realizadas a partir de un viaje por Extremadura en 2018, un año con grandes cambios, esfuerzos, frustraciones, presiones sociales y personales. Y el paisaje parecía hacerse convertido en un diario personal que deja ver parte de lo que soy.
No solo lo que se ve es lo que existe. El imaginario forma parte inseparable del acto de creación, invitándonos a participar de lo inabarcable. Mi pasión y curiosidad por aprender de la naturaleza me han llevado a esta nueva serie de “microespacios”, donde exploro la simplicidad-complejidad de los seres vivos a través de la expresión plástica microscópica.
A su vez, lo que no se puede apreciar está oculto y necesita ser aumentado. La obra original trabajada en tamaño minúsculo, es ampliada y reproducida para apreciar su plasticidad de texturas, matices y colores.