En este mapa iniciamos nuestro recorrido explorando los paisajes internos de la mente y las emociones. Las fotografías aquí capturan la complejidad del ser humano, mapeando los territorios emocionales y psicológicos que a menudo permanecen ocultos. Los artistas nos invitan a reflexionar sobre la cartografía de nuestras propias experiencias internas.
La idea de un ser estigmatizado es una visión bastante recurrente en mi trabajo. No se muy bien de dónde afloran estas visiones que tanto me provocan. Realmente no es una cuestión que me preocupe demasiado, si se convierte en un recurso que me conduce a cuestionarme otras cosas, quizás más relevantes o que realmente me inquietan más. Probablemente valga la pena, a veces, recopilar estas imágenes-relato para ensayar todas las relaciones posibles con su origen, no tanto como un ejercicio simple de relacionabilidad, sino más bien como una forma de deconstruir el inconsciente que las cobija.
El músico Fernando Fernández -conocido como Fernando 'Estrella'- destacado exponente de la movida madrileña y fundador del grupo 'Peor Impossible' en 1984, falleció el año pasado a los 63 años en su localidad natal (Utrera), víctima de una larga enfermedad.
Fue uno de los exponentes más llamativos del movimiento cultural madrileño de los años 80, que creó el grupo pop que estuvo en vigor hasta 1989, junto a Sara Ledoux, Rossy de Palma, Angelines Ureña, Beti, Lina Estrany, Sulpicio Sulpi, Toni Socias, Baltasar Balti Munar, Fernando Korbal y José Goma.
Fernando era un performer de raza, El alma de cualquier sarao, un torbellino de carisma, un artista poliédrico, sorprendente e irrepetible.
Durante décadas ha brillado tanto en el underground LGTBIQ+ como en el mainstream vivió largas temporadas en Madrid y Palma de Mallorca, y en todas estas ciudades dejó su arte, su trabajo y su espíritu transgresor.
Lo más destacable de Fernando ha sido siempre su polivalencia, dependiendo del momento: ha sido, para quienes la conocimos, amigo, madre, performer, cocinero, entertainer… y siempre Estrella.
Su mirada de inmensa curiosidad, su trato de espontánea amabilidad, su saber estar eran propios de alguien que ama la excentricidad entendida como genuina seña de identidad, que hablaba desde la inmensidad de su corazón.
“Invisibles” se desenvuelve como una narración coral sobre la invisibilidad, un tema tejido en el contexto narrativo del circo y sus artistas. En este ámbito narrativo fotográfico, nos aventuramos en una exploración que va más allá de lo visible, adentrándonos en las dimensiones metafóricas, sociales, existenciales y profundamente personales de la invisibilidad. Inspirándome en la rica trama cultural y artística en este tema, el circo emerge como un escenario evocador y simbólico, permitiendo que los artistas se conviertan en arquetipos, cada uno encarnando una faceta de lo invisible.
La invisibilidad se manifiesta a través de representaciones simbólicas. Superando la pura realidad, busco capturar la naturaleza escurridiza de la invisibilidad, creando metáforas visuales que invitan a la contemplación de los aspectos intangibles de la experiencia humana. Por ejemplo, el arquetipo del malabarista se convierte en un símbolo de aquellos que, como hábiles artistas, navegan entre prejuicios y expectativas sociales que a menudo los hacen invisibles.
Luego, el enfoque de “Invisibles” se desplaza hacia las dinámicas sociales y los desafíos enfrentados por aquellos que han sido invisibilizados o marginados. Nuevamente, el arquetipo del malabarista refleja el equilibrio delicado necesario para desafiar las expectativas sociales. Esta exploración refleja la esencia misma de la invisibilidad social, donde los individuos, como funámbulos sociales, buscan reconocimiento más allá de las concepciones preconcebidas.
“Invisibles” no es simplemente un título; es una profunda síntesis de un proyecto que busca desvelar las capas de invisibilidad dentro del circo de la vida. Es una invitación a explorar los hilos invisibles que nos conectan a todos, promoviendo la comprensión para aquellos que navegan las complejidades de la visibilidad y el reconocimiento en un mundo a menudo cegado por los prejuicios. La serie fotográfica emerge como testimonio del poder del arte para revelar lo invisible, enfocando las narrativas invisibles que laten bajo la superficie de nuestra existencia colectiva.
De las páginas de "La República" de Platón emerge Glauco, un enigmático personaje cuyo origen se remonta a las profundidades del misterioso océano. Representado como una figura que surge del mar, Glauco personifica la dualidad entre lo humano y lo divino, simbolizando la eterna búsqueda del alma en un mundo lleno de desafíos y contradicciones. Su cuerpo, envuelto en una amalgama de objetos marinos, lo transforma en una criatura híbrida que despierta nuestra curiosidad y nos invita a reflexionar sobre la naturaleza misma de la humanidad.
En esta representación alegórica, Glauco se convierte en el símbolo viviente de la búsqueda espiritual en un mundo dominado por lo material. Liberado de las ataduras de la realidad terrenal, nos desafía a cuestionar nuestras percepciones convencionales y a explorar los misterios más profundos del ser. En la sociedad actual, obsesionada con el consumismo y la superficialidad, la imagen de Glauco adquiere una relevancia aún mayor, recordándonos la importancia de reconectar con nuestra esencia espiritual y explorar la verdadera profundidad de nuestro ser. Glauco, transformado por la sabiduría del océano, nos impulsa a buscar la trascendencia más allá de las limitaciones impuestas por el mundo material, invitándonos a sumergirnos en las profundidades del alma donde reside la esencia misma de nuestra humanidad.
Esta obra forma parte del proyecto “Más allá de los sueños, donde bien y mal no existen, allí me encontraré: Una serie de sueños catastróficos extravagantes.”
Una noche soñé que el mal me rodeaba en forma de nube negra y me mostraba lo que sentían las personas que cometían actos malvados. En otra ocasión, soñé que estaba equivocada y que las personas con ideales opuestos a los míos tenían razón. Fue muy revelador.
La idea de que más allá de los sueños no existe el bien ni el mal plantea una perspectiva en la que, en un nivel más profundo de conciencia, las nociones tradicionales de bien y mal pierden su significado.
Filosóficamente, algunos creen que la moralidad es relativa y depende de factores culturales, sociales o individuales. Otros piensan que el bien y el mal son conceptos subjetivos creados por la mente humana y que pueden variar según las circunstancias y percepciones.
Esta afirmación sugiere que, al ir más allá de nuestras percepciones y normas morales, podemos encontrar una comprensión más profunda de la realidad, donde las dualidades se disuelven y emerge una naturaleza más compleja.