PARÉNTESIS
Cómo ver el ocaso de la luz
en esta tarde de noviembre,
cuando se tiene la certeza
de que existe otra mirada.
Un camino de largo recorrido
para ver crecer la yedra
desde un nuevo fotograma
la misma sed contenida
en habitadas estancias.
Otras horas, sí,
donde crezca el mensaje
a golpe de latido,
la rendija por donde escapen
los perfiles del miedo.
En este intento
de rellenar huecos
y esperar, aclamada
entre paréntesis,
la celebración de la vida.
Aunque se resista a navegar
esa lágrima leve,
escorada en cada despedida,
dinamitando los vacíos del tiempo.
MEDITERRÁNEO
Conservo el recuerdo del un mar antiguo
que desciende hasta la orilla
y es clamor de algas y arena.
Ya es memoria el rito del agua
que es talismán de las horas
y es canto y definitivo mensaje,
iluminado de estelas olvidadas.
Desde tiempos ancestrales,
donde caben los días
y se aposentan todos los instantes
que nos hablan de otras noches
henchidas de juegos y plenilunios.
De siluetas y de olor a salitre
en aquellos muelles que acompañaban
al fulgor de las estrellas.
Pues era azogue, y era pavesa, eco nítido,
pebetero de luz,
enlazando las ascuas del horizonte.
Tras la ventana, hay constancia,
esta noche se precipitan las cenizas del tiempo.
CATARSIS
Cómo escribir un poema
que se deslinde de la nostalgia,
que desconvoque, para siempre,
la plasmación de la herida
y se haga fuerte, y raudo y vital
para la supervivencia.
Cómo gritar a los imperativos
que se desglosen en pretéritos
imperfectos pero humanos,
que no tiemblen ante la mansa caída
de las hojas del castaño,
que sean lava y, al mismo tiempo,
compás de espera, página abierta,
ternura y remanso.
Cómo barajar el efímero tiempo,
el reloj derrotado por el paso de las horas,
el dolor que crece y se retuerce
en meandros, cómo escribir un poema.
Cómo decirle a la tristeza
que controle la lluvia gris de una mirada,
que despoje al azul universo
de las palabras no dichas,
que encuentre el génesis desvelado
en su historia dilatada y dormida.
Cómo encauzar la catarsis de estos versos
si la noche no me enlaza con tus manos.
Cómo escribir un poema
esperando el regreso de la luz,
la única estancia habitada.
Pilar Quirosa – Cheyrouze nació en Tetuán en 1956. Es licenciada en Filosofía y Letras y Geografía e Historia. Actualmente, es Directora del Departamento de Publicaciones Externas del Instituto de Estudios Almerienses y es miembro de la Directiva de la Asociación Andaluza de Escritores y Críticos Literarios, Vocal por Almería.
Ha sido Finalista del Premio Andaluz de la Crítica. Ha recibido el Premio de Poesía Victoria Kent.
Ha publicado Orión (Almería, 1990), Islas provisionales (Almería, 1991), Arenal de silencios (1992), Avenida Madrid, (Almería, 1993), Pactos con Eleusis (Almería, 1994), Por acuerdo tácito (Almería, 1996), Estampas taurinas (Almería, 1997), Deshabitadas estancias (Almería, 1997), El Lenguaje de la Hidra (Almería, 1998) y Estala Sur (Málaga, 2011).
Colabora en numerosos medios de comunicación, destacando su participación en el Periódico IDEAL y la revista Foco Sur.